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lunes, 27 de junio de 2011

MIA


Bulimia: tipos, causas y consecuencias
La bulimia nerviosa suele ser diagnosticada más tarde que la anorexia debido a que la persona afectada de bulimia tarda más en acudir al médico, no presenta pérdida de peso y oculta sus conductas anómalas.


La tríada característica de la bulimia
El atracón. Una ingestión masiva y desaforada de alimentos de hasta 15.000 o 20.000 calorías, durante un tiempo variable en que el paciente experimenta una pérdida de control y gran dificultad para dejar de comer.
La frecuencia de los atracones es variable: uno o dos al mes, todos los días o incluso varias veces al día. Se pierde el placer de comer y de saborear los alimentos; se come, sin tener hambre, de una forma sucia y desordenada: con las manos y apretando la comida para que entre mayor cantidad de ella en la boca; prácticamente no se mastica; etc.
Se acaba de comer por cansancio físico, porque se ha terminado la comida o por malestar, con náuseas, vómitos y dolor de vientre.

Las conductas compensatorias. Están destinadas a impedir el aumento de peso.
Aunque se utilizan varios métodos, el 80 o 90 % suele provocarse el vómito tras el atracón introduciéndose los dedos en la boca hasta la garganta. Con el tiempo les resulta más fácil, ya que lo consiguen sólo con la compresión del estómago.
Otros mecanismos son el abuso de laxantes y diuréticos, el consumo de fármacos que quitan el apetito, la realización de ejercicio físico o el ayuno.
Tras el episodio, el paciente se siente malhumorado, triste, autocompasivo y menospreciable.

Excesiva preocupación por el cuerpo. Tienen pensamientos erróneos respecto a su
peso y su figura, y sufren una distorsión en la percepción y valoración de su propia imagen.
Poseen una conciencia de su enfermedad mucho más clara que las anoréxicas.
Esa conciencia sobre lo anómalo de su forma de comer las lleva a hacerlo a escondidas, para que nadie las 
vea.
 
Factores causantes
Al igual que la anorexia, se trata de un cuadro cuya etiología sólo puede entenderse bajo un enfoque multifactorial. Aplicando el mismo modelo de la anorexia nerviosa, se dividirán en factores predisponentes o de riesgo, factores desencadenantes y factores perpetuantes.

Factores predisponentes o de riesgo. Incluyen factores individuales, familiares y socioculturales.
Individuales. Se trata de factores genéticos, biológicos y de personalidad. Afectan más al sexo femenino y se ha observado que entre los familiares en primer grado de las bulímicas existen otras pacientes bulímicas, por lo que se cree que hay un componente genético.
Entre los biológicos destaca la disminución de la función del neurotransmisor serotonina, lo que provoca ausencia de saciedad y, en consecuencia, se producen comilonas, sobre todo a base de azúcares.
La personalidad es de tipo depresivo, ansiosa, y presentan rebeldía, hostilidad, impulsividad y aislamiento.
Familiares. Suelen ser familias conflictivas y desorganizadas. En las madres de personas con bulimia se ha observado una mayor insatisfacción con la propia imagen, e incluso con la de sus hijos, siendo ellas mismas aficionadas a las dietas. Los padres acostumbran a ser dominantes y controladores, muy intrusivos en las vidas de sus hijos, con talantes exigentes y haciendo comparaciones entre unos hijos y otros.
Socioculturales. Los modelos de imagen a imitar, la figura y la esbeltez como valor en sí actuarán por un mecanismo similar al de la anorexia.

Factores precipitantes o desencadenantes. El principal factor desencadenante es el inicio de una dieta que se produce después de un aumento de peso real o debido a una fobia a los cambios de forma corporal cuyo origen se remonta muchas veces a la pubertad.
También suelen ser factores desencadenantes los conflictos emocionales y los acontecimientos vitales estresantes, al igual que en la anorexia.

Factores perpetuantes. Hay varios factores que pueden causar perpetuidad de la bulimia: – Las alteraciones emocionales secundarias a la conducta de sobrealimentación descontrolada (ansiedad, culpa y vergüenza).
– La disminución de la sensación de saciedad por la alteración de la función de la serotonina.

– El trastorno alimentario puede conseguir el aparente equilibrio familiar, colaborando así en su perpetuidad.
Tipos de bulimia nerviosa
Hay dos tipos de bulimia nerviosa:
Tipo purgativo. Durante el episodio de bulimia nerviosa, el enfermo se provoca el vómito con regularidad o abusa de laxantes, diuréticos o enemas.

Tipo no purgativo. En este caso, para controlar el peso utilizan como mecanismos compensadores el ayuno y el ejercicio excesivo durante los días siguientes al atracón, pero regularmente no hay vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, diuréticos o enemas.
Consecuencias
Las complicaciones más importantes se derivan de los vómitos y del abuso de laxantes. En general, presentan cansancio físico y psíquico, con disminución de los rendimientos escolares y laborales; acaban por abandonar totalmente sus obligaciones, su aseo y su persona.

Alteraciones digestivas. Son las más frecuentes, entre las que destacan úlceras en el esófago, por el paso del contenido del estómago a la boca; aumento del tamaño de las glándulas salivares; dilatación del estómago o rotura, ya sea por la ingesta masiva o por el esfuerzo al vomitar; pérdida significativa del esmalte dental y aparición de caries dentales; callosidades en las manos (signo de Russell), por el paso ácido del vómito autoprovocado por el dorso de la mano.

Alteraciones respiratorias. Puede aparecer ronquera crónica e infecciones pulmonares por la aspiración hacia el pulmón de alimentos al vomitar.

Alteraciones cardiovasculares. Alteraciones del ritmo cardíaco secundarias al déficit en potasio a causa de las conductas purgativas, ya sean los vómitos o el abuso de laxantes, que pueden ocasionar la muerte.
La deshidratación por vómitos o abuso de laxantes provoca que la presión de la sangre sea baja. A raíz de los esfuerzos para vomitar es posible que aparezcan puntos rojizos en cara y cuello por roturas de pequeños vasos sanguíneos, al igual que hemorragias en la conjuntiva de los ojos.

Alteraciones neurológicas. Se produce una atrofia del cerebro y pueden tener crisis convulsivas (epilépticas).

Alteraciones hormonales. Es posible que tengan los ciclos menstruales normales, aunque lo habitual es que presenten irregularidades menstruales o amenorrea, al igual que las anoréxicas.

Alteraciones renales. A consecuencia de los vómitos y las diarreas se producen deshidratación y alteraciones en los niveles de potasio, sodio y clor
o

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